sábado, 30 de noviembre de 2013

Un desayuno de documental. (La paloma, el halcón y el milano real).

Ayer, sábado tuve un desayuno de lo más interesante. Me levanté algo tarde, sobre las 10:00 y mi hijo Quique vino pronto a decirme que un gavilán (Accipiter nisus) había cazado una paloma doméstica (Colomba livia) en el campo de maíz que hay enfrente de mi casa, que ahora está cosechado. El gavilán estaba sobre una torre del tendido eléctrico y la paloma yacía en el otro extremo del campo. Las urracas, desde la higuera que tenemos en casa, no paraban de hacer ese ruido parecido a una carcajada que emiten cuando un depredador ronda por los alrededores y que suelen frustrar cualquier posibilidad de caza, ya que avisan a todo el vecindario.
Me parecía algo grande el ave para ser un gavilán, y por eso he ido a por los prismáticos. Enseguida he visto que no se trataba de un gavilán, sino de un halcón peregrino o común (Falco peregrinus). Sus bigoteras negras, familiares a cualquiera por la fidelidad con que los egipcios las reflejaron en sus dibujos y esculturas del dios Horus eran inconfundibles.
Al cabo de un rato, el halcón  ha recuperado su presa y se la ha llevado al extremo opuesto del campo, lejos de las impertinentes urracas que no se atreven a salir de la seguridad del árbol para importunar la comida del halcón. Durante un buen rato, hemos contemplado como el halcón desplumaba y se alimentaba con la paloma. Pensaba yo, acercarme al lugar del desplume para hacer una foto y con las imágenes de los restos hacer una entrada al blog, pero un milano real (Milvus milvus) ha decidido que el espectáculo se iba a terminar.
Yo sabía que si el halcón abandonaba la presa, la distancia que me separaba del lugar del desplume, aunque no era mucha, no serviría para que el milano abandonase la presa al verme salir. En una ocasión he visto a un milano real recoger un cadáver de la carretera a escasos metros de los coches que circulaban.
El milano ha acosado al halcón, que ha levantado el vuelo con la paloma entre sus garras. Esperaba que se la hubiese llevado a lo alto de la torre de alta tensión, pero ha preferido emprender el vuelo en otra dirección, y acosado de cerca por el milano se ha perdido en el horizonte. Y así ha terminado el desayuno. A pesar de todo, he ido a fotografiar los restos para compararlos con los de otras aves rapaces, y sólo os puedo relatar lo que ha quedado, pero claro, al desaparecer la presa no puedo mostraos imágenes más claramente identificativas.
En las fotos, podemos advertir primero, que ha desechado los intestinos. En el caso del ataque de un gavilán, el paquete intestinal seguía dentro del ave, ( ver entrada la presa del gavilán) y en el caso del aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), éste había desaparecido junto con todo el resto del cuerpo, quedando sólo las plumas (ver entrada rapaces distribuyendo semillas). En ambos casos tenéis una entrada en este blog de un ataque a palomas.
También podemos advertir que ha desplumado la cola al completo, pues se ven en el desplume todas las rectrices, y que ha desplumado en parte las alas, pues las plumas rémiges secundarias aparecen más o menos cerca del desplumadero. Al hacer viento y ser las plumas grandes, son arrastradas con facilidad. La cabeza no ha sido separada del cuerpo todavía, lo que diferencia este escenario del que queda tras un ataque de gavilán.
En otras ocasiones, lo que he encontrado es el esqueleto del tórax completo con los huesos de las alas en conexión (articulados) y sólo las rémiges primarias presentes. La cabeza no estaba. He visto como la cabeza era desechada incluso en el caso de presas del tamaño de un gorrión común.

Quiero destacar la presencia del contenido del buche, que al igual que hizo el aguilucho lagunero, aparece desgarrado. En este caso se trata de trigo que a buen seguro ha obtenido del molino de Montañana. Me permito recordar una cita de Charles Darwin, de su libro “El origen de las especies”. Concretamente del capítulo 12, Distribución geográfica y del punto que habla de los Medios de dispersión (de las plantas). “… el buche de las aves no segrega jugo gástrico y no perjudica en lo más mínimo la germinación de las semillas, según he averiguado experimentalmente. Ahora bien; cuando un ave ha encontrado y ha ingerido una gran cantidad de comida, se ha afirmado positivamente que todas las semillas no pasan a la molleja antes de doce o diez y ocho horas. En este intervalo, un ave puede fácilmente ser arrastrada por el viento a una distancia de 500 millas, y es sabido que los halcones buscan las aves cansadas, y el contenido de su buche desgarrado puede de este modo esparcirse pronto.” No es esta la primera vez que veo en el monte hechos que figuran en este magnífico libro, y aunque sé que ocurren, siento una especial satisfacción cuando puedo fotografiarlos.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Los dientes de los roedores. Los arvicolinos.


Otro grupo característico que hice entre los roedores para dividirlos en diferentes entradas es de de los arvicolinos. Como dije, se trata de una subfamilia de roedores cuya principal característica a efectos de este blog, es la de la forma de sus molares. La fórmula dentaria es como en los múridos muy reducida, I 1/1 M 3/3. Sus molares son hypsodontos y recuerdan en algún aspecto a los de los elefantes, hecho no sorprendente ya que el trabajo al que están sometidos (molienda de material vegetal tipo forraje) es similar salvando las enormes distancias de tamaño.
También Como en el caso de los múridos podremos hacer una grosera división en diferentes especies atendiendo a su tamaño, que es lo más sencillo de comprobar por cualquiera de nosotros.
Sólo hablaré de especies que estén presentes en Europa, ya sean estas introducidas o autóctonas.
El arvicolino de mayor tamaño es la rata almizclera Ondatra zibethicus. Sus series molares sobrepasan los 12mm de longitud.
Algo más pequeñas son las que conocemos como rata de agua (Arvicola sapidus) y la rata topera (Arvicola terrestris), siendo esta última de menor tamaño. En cualquier caso, la medida total de sus series molares sería mayor de 8mm y claramente menor de los 12mm. Los incisivos superiores de Arvicola terrestris presentan un mayor prognatismo (salen hacia afuera), adaptación especial para la construcción de las galerías subterráneas que fabrica, y que la diferencia de la rata de agua. (ver foto siguiente)
En el caso de los demás arvicolinos que se conocen con el nombre de “topillos”, es más difícil identificar las diferentes especies ya que todas tienen un tamaño parecido. La medida de sus series molares está comprendida entre los 5mm y los 7,5mm.
El caso del topino rojo (Clethriomomys glareolus) es especial, ya que es el único arvicolino en el que el primer molar inferior presenta una doble raíz en vez de presentar un perfil continuo, es decir que es que sus molares son “menos hypsodontos” que los del resto de especies de arvicolinos.
Si nos fijamos en el tercer molar superior, y este presenta tres salientes en el lado labial y cuatro en el lado lingual, estamos frente a Microtus agrestis o Microtus arvalis.

En los otros casos, este molar presenta tres salientes en el lado lingual y otros tres en el lado labial. El caso particular de Microtus duodecimcostatus, el saliente central del lado labial es claramente menos pronunciado que los otros dos, y este es un dato de carácter identificador en la mayor parte de los individuos.
Cuando el ejemplar no tiene prognatismo en sus incisivos como vemos en la foto de la derecha, y el perfil del cráneo es abombado estamos frente a Microtus cabrerae, y si presenta cierto prognatismo, se trata de otra especie de Microtus sp. Para afinar más la clasificación hemos de contar con bibliografía especializada en la que se describan con detalle las formas de los molares, ya que este es el método de clasificación correcto.

Como hemos visto, el primer molar inferior es el que mayor valor tiene a la hora de utilizarlo como identificador específico, pero el tercer molar superior también tiene una forma característica que puede tener valor taxonómico a la hora de diferenciar unos Microtus sp. de otros. La bibliografía que figura en este blog nos proporciona títulos de obras que nos facilitan una correcta clasificación.

domingo, 17 de noviembre de 2013

El tiempo esta loco... y nosotros también

Más allá de polémicas sobre cambio climático, lo que no podemos negar es que sí ha habido un cambio en el tiempo. Consideramos como tiempo a las condiciones atmosféricas de un determinado lugar en un determinado instante, y el clima a la media de estas características en un período suficientemente largo como para que sea significativo.
En mi corta experiencia, que mis recuerdos remontarán hasta quizá treinta ciclos estacionales, sí he percibido un cambio en el tiempo. Los inviernos de mi juventud eran más rigurosos, con más hielo y niebla. Del mismo modo, los veranos eran más calurosos, de modo que las estaciones eran algo más extremas. Pero esta es la “sensación” y el recuerdo de un período muy corto. No puedo saber si llovía más o menos a ciencia cierta, pues para esto es necesario contar con las mediciones en un mismo lugar durante un tiempo, y de este modo poder caracterizar un clima.
Los animales también perciben esos cambios de tiempo, así que ya veis en el encabezamiento de esta entrada a mis tortugas tomando tranquilamente el sol el día 17 de febrero de 2013. El día 14 de noviembre siguen haciendo lo mismo. Parece no obstante, que ya llega el frío. No son sólo mis tortugas las que están haciendo esto. En la piscina municipal donde trabajo, las palomas están construyendo nidos y poniendo huevos, cosa que aprovechan las urracas para obtener una ración extra de alimento. (izquierda)
Vemos pues que es seguro que estamos ante un cambio del tiempo, pues en un período muy corto, los cambios de las condiciones atmosféricas son perceptibles. Pero esto no es un cambio climático. El cambio climático debe de tener en cuenta una serie de años suficiente como para que se demuestre que a lo largo de mucho tiempo, lo que se percibe es una elevación o bajada de las temperaturas o precipitaciones. Las mediciones en las estaciones meteorológicas, tampoco tienen series de registros demasiado antiguos. Si tuviésemos series de 2000 o 3000 años, la cosa sería más sencilla.
Es por ello, que estas series se han de buscar en otros sitios, y la forma de hallarlas es de forma indirecta. Todos hemos oído hablar de los sondeos en los hielos polares. Eso está muy lejos. Cerca de nosotros, hay personas que hacen reconstrucciones a largo plazo estudiando a los seres vivos… ¡o muertos!.
Los paleontólogos, estudian fósiles que, comparando con su distribución actual, nos indican la disposición antigua de bosques, desiertos, mares, hielos… por ejemplo, la aparición de renos en algunas cuevas, nos indica que en aquellos tiempos, el ecosistema de tundra-taiga se extendía hasta la misma península ibérica o tan cerca de ella que los hombres cazaban y transportaban los renos hasta las cuevas. Las temperaturas no podemos saberlas pero sí sabemos que el clima era diferente. En enlace al blog de Aragosaurus de esta misma página, podemos saber cosas sobre el interesante trabajo de los paleontólogos.
Los palinólogos, estudian el polen retenido en los fangos de algunos lagos endorreicos. De este modo, sabemos que en períodos de frío, las hayas (bosque típico Altántico) se extendieron hasta Castellón y Valencia, pues hay polen presente en las Turberas de Prat de Cabanes.
Los dendrocronólogos son capaces de afinar incluso más, ofreciendo con sus estudios unos datos de temperaturas medias y condiciones climáticas más concretas. Para ello utilizan el estudio minucioso de los anillos de crecimiento de las plantas, principalmente árboles. Comparando el comportamiento de crecimiento de los anillos de un árbol durante un período conocido y con registros fiables, se pueden extrapolar a otros árboles. Solapando unos con otros se ha llegado a obtener una serie climática de temperaturas medias de varios cientos de años atrás. En la página de Jesus Julio Camarero, podemos saber más sobre el trabajo de los dendrocronólogos.

Tengo la suerte de conocer personalmente a profesionales que usan estas técnicas. Los científicos de estas disciplinas dejan fuera de toda duda que los cambios climáticos ocurren, han ocurrido y ocurrirán. Estas condiciones no han de ser eternas.

Entonces, esto deja el debate del cambio climático únicamente en el lugar de si éste tiene origen en las actividades del ser humano o no. Aún en el caso de que el cambio climático no tuviese origen en las actividades del hombre, como los negacionistas opinan y argumentan, cabe preguntarse si es razonable el ritmo de destrucción y consumo de los recursos que estamos llevando a cabo. No sólo hay que pensar en la cantidad de CO2 que se emite (se emiten otras muchas cosas), hay que pensar que los bosques desaparecen a un ritmo salvaje, y con ellos otros muchos recursos naturales limitados.
Y quizá el problema al que nos enfrentamos no es sólo un problema de cambio climático. Quizá si llegamos a un cambio que acerca las playas a los lugares de interior, llevemos menos maletas de las que pensamos cuando vayamos de vacaciones.
Nos aproximamos a un cambio, que si no es climático seguro que será traumático. Lacantidad desmesurada de energía que obtenemos del petróleo y el carbón no es posible obtenerla de forma razonable de ningún otro lugar. Pensar que podemos seguir este ritmo de consumo utilizando huesos de oliva o leña porque son renovables es un error. También el petróleo y el carbón son renovables. Lo que ocurre es que en poco más de 70 años hemos consumido lo producido en quizá 350.000.000 de años. No sólo estamos acabando con los bosques de hoy, estamos acabando con los bosques de toda la historia de La Tierra.
El planteamiento, por tanto no es tanto si ponemos aerogeneradores o plantas solares, el planteamiento es que si no somos capaces de racionalizar nuestra existencia, el futuro no es muy halagüeño. Los bosques en España se han expandido en este último medio siglo a causa del menor consumo de leña a favor del carbón, el gas y el petróleo. Si se pretende la vuelta a la leña que eufemísticamente de denomina biomasa, con el nivel de consumo actual, el bosque, los huesos de oliva, las cáscaras de almendras y los restos de poda nos durarán un cuarto de hora.
El uso de los restos de las tareas de poda en los montes como leña, (o biomasa) me parece un disparate y tiene cualquier calificativo menos sostenible. Utilizar estos recursos se ha hecho siempre que se utilizaba la leña. No es un descubrimiento. Al fuego se echaba todo lo que podía arder. Y así llegamos a esta situación de bosques de encinas con pies “reviejados” y carentes entidad como bosque en algunos lugares y a los acampos (antiguas dehesas) sin un solo árbol. Todos estudiamos en la antigua EGB y espero que en la actual ESO, que la materia tiene un ciclo. Los seres que mueren en el bosque son necesarios para mantener la riqueza del suelo en un ciclo interminable. Si nos llevamos “todo pal fuego”, no sé en qué punto se supone que está esa renovabilidad. Plantar árboles como sumideros de carbono para luego cortarlos y quemarlos tampoco parece algo demasiado razonable. Ahora que el petróleo se agota, parece ser que vamos a volver a castigar nuestros bosques.
La energía nuclear es limpia, según dicen. Para eso hay que obviar que los depósitos de residuos van a permanecer escondidos a nuestra vista, (que no inactivos) más tiempo del que la humanidad lleva sobre La Tierra. En el futuro, los humanos no sabrán ni dónde se almacenaron estos residuos, y las condiciones de los contenedores que los alojen es fácil pensar cómo estarán. Si en unos pocos miles de años hemos perdido civilizaciones enteras engullidas por la selva o el desierto, y no teníamos referencia alguna de su existencia, es tonto pensar que dentro de 5000 años alguien sabrá donde se encuentran los depósitos de residuos nucleares actuales.
El problema del ser humano, es que actúa como si su existencia fuese a ser infinita en el tiempo. No se puede pensar en el infinito cuando todo lo que nos rodea es finito. Los recursos, el agua, la tierra… todo se acaba. 
Los nativos de las selvas amazónicas llevan cientos de años en el mismo lugar que permanece inalterado, o más correctamente, la alteración que producen “cicatriza” cuando cambian de sitio, de modo que en un futuro próximo pueden regresar a su antiguo asentamiento y comenzar de nuevo. La población de seres humanos se mantiene en unos números razonables de forma natural. Eso es una población sostenible. Estas poblaciones duran tanto como el ecosistema en el que viven. Tampoco son eternas, pero son sostenibles.
Los seres humanos tras el descubrimiento de la agricultura y el pastoreo, nos convertimos en civilizaciones que se desarrollan y extienden cada vez más. Esto es una civilización duradera. Estas poblaciones crecen tanto como espacio son capaces de cultivar y regar. Por encima de unos límites, la transformación colapsa los recursos (madera, tierra y agua) disponibles y acaba con la civilización que ha de abandonar sus asentamientos. (Pueblo Bonito, en el cañón de Chaco o Isla de Pascua). A menor nivel tecnológico, mayor duración en el tiempo.

La agricultura y ganadería industrial, apoyadas por la globalización, que dependen más del petróleo que del agua, (hoy voy a comer judías canadienses envasadas en Cuenca y posiblemente son más baratas que las producidas en la misma Cuenca) no puede ser ni tan siquiera duradero. Cuando los recursos de esta civilización se colapsan no cabe la migración, ya que colapsan en lugares remotos y tremendamente lejanos a la propia civilización. Nos encontramos frente a una civilización que podemos llamar civilización breve. A mayor nivel tecnológico, mayor brevedad.
Albert Einstein decía que no sabía cómo sería la tercera Guerra Mundial, sólo sabía que la Cuarta sería con palos. Yo creo además que esa guerra ni tan siquiera será necesaria para que debamos de usar los palos de nuevo.

Y mis tortugas asoman la cabeza por encima del agua para decírnos que el tiempo cambia, pero que al ritmo que vamos, colapsamos antes de terminar con el debate de si el cambio es de origen antrópico o no.

domingo, 10 de noviembre de 2013

¿Que pasa con el maíz?



Hace varios años, me sucedió un hecho curioso. Tenía unas gallinas a las que alimentaba con trigo y maíz en grano. El grano, lo compraba en un molino que hay en el pueblo donde vivo. Cuando se acababa un saco, compraba uno nuevo. Así siempre. Una vez, abrí un nuevo saco y les puse la comida como siempre. Al día siguiente se habían comido el trigo, pero el maíz seguía intacto. Como este hecho se repetía, decidí poner sólo maíz, pero seguían sin comerlo. Finalmente opté por no ponerles más maíz.
Algunos meses después, hablando con un vecino, me comentó que a él también le pasó, y es que el maíz que vendía el molino y que siempre habíamos comprado pasó a ser transgénico.

Hace un mes, estuve hablando con un agricultor que siembra maíz enfrente de mi casa. Cultiva alfalfa en nuestros campos que tiene arrendados y maíz transgénico en otros. Me dijo que si quería coger alguna pinocha (que es como se llaman las mazorcas en Zaragoza) para mi pony o para las gallinas  que la cogiese de las plantas que estaban en la zona más exterior del campo. En las partes exteriores del cultivo, había unos “palos” (que es como se llaman a las filas de plantas de maíz también en Zaragoza) que eran de maíz tradicional y que habían tenido que poner ya que los campos cercanos no eran de maíz transgénico y el departamento de agricultura les obligaban a hacerlo así. Según decía, “si les das de ese maíz se lo comerán, pero si les das transgénico has de molerlo un poco, pues si lo pones entero las gallinas no lo comen".

Hace años, no di importancia al hecho de que mis gallinas decidiesen un día dejar de comer maíz. Hoy, tengo unas nuevas gallinas, y sólo les doy trigo y cebada. El hecho de que gallinas de otras personas tuviesen el mismo comportamiento me llamó la atención, y más aún que dijesen que era porque el maíz era transgénico. Los nuevos testimonios de  un agricultor que sí sabía a ciencia cierta que lo que les daba a sus gallinas era transgénico porque lo cultiva él mismo y que asegurara que sólo lo comían si se molía me pareció que algo raro podría estar ocurriendo.

Mantuve una discusión en un blog donde comenté este hecho. Se estaba criticando en el mismo la falta de rigor científico del movimiento ecologista. Dije que en el mundo científico también se puede adolecer de falta de personal multidisciplinar, y que si bien la existencia de maíz transgénico muestra un éxito de los científicos genetistas, el pasar a cultivarlo sin estudios del impacto en el medio ambiente por parte de ecólogos en diferentes medios podría ser también un fallo, y comenté el raro caso de las gallinas. Allí manifestaron que les parecía inadmisible el hecho o directamente mentira. Decidieron que lo que ocurría era debido a un problema en el buche de las gallinas, al tamaño del maíz y a mi falta de rigor. Yo sólo quería relatar un hecho, no sembrar la polémica por lo que tras intentar explicar que no se podía deber al hambre, las piedras del buche o el tamaño del grano y que no sacaba nada más en claro que la pérdida de tiempo decidí dejar el tema.

Decidí entonces salir a dar una vuelta por el camino de mi casa que discurre entre los campos de maíz, transgénico a mi izquierda y convencional a mi derecha y contar cuantas pinochas habían sido atacadas por los estorninos en cada uno de los campos, y ver si se apreciaba alguna diferencia. Arriba la foto de una pinocha atacada por los estorninos.

Es imposible contar con un maíz 100% transgénico y 100% convencional en la misma zona debido a que el maíz se poliniza con el viento, y ya sabemos la polémica que hay con la "contaminación" de maíz convencional con transgénico. Las gallinas, al estar en cautiverio, están acostumbradas a comer cualquier cosa que se les da, por eso es tan raro ese comportamiento de no comer este tipo de maíz. Sin embargo, los estorninos son libres de volar y de comer aquello que más les guste mientras puedan elegir. No debería de haber mucha diferencia, pensé.
Para comparar un campo con otro, recorrí un camino que deja los campos de transgénico a la izquierda y tras un campo de alfalfa a cada lado, comienza el maíz convencional a la derecha. Hice un conteo de plantas de la primera fila tanto en un maíz como en el otro y anoté cuantas pinochas habían sido atacadas por los estorninos.
En el campo que se sembró con maíz transgénico y con maíz convencional en los márgenes, de un total de 2821 plantas, 38 estaban atacadas por los estorninos. Estas plantas atacadas corresponden con las de maíz convencional, pero que pueden haber sido polinizas con polen transgénico al estar en contacto directo con una gran masa de plantas transgénicas. El ataque se produjo sobre un 1,34% de las plantas
En el campo sembrado con maíz convencional, de un total de 1165 matas, 63 habían sido atacadas. El ataque se produjo sobre un 5,31% de las plantas.
Había diferencias a pesar de ser maíz convencional en los dos casos, pero el menos afectado estaba en contacto directo con el maíz transgénico como he dicho.

El pasado domingo 2 de noviembre, José Enrique Lobera, un colega en estas cosas de la naturaleza, me trajo dos cadavéricos souvenirs encontrados en la playa. Hablando frente a un café, no sé porqué salió el tema del maíz que se ve desde la ventana de mi cocina. Creo que fue a razón de un comentario sobre las coles de mi huerto y las pocas mariposas de la col que he visto este año. No sabía si el maíz transgénico tendría algo que ver, comenté, ya que si era del que sintetiza Bacillus turingensis, al ser una cepa agresiva con los lepidópteros podría haberles afectado.
Me dijo que algunos cazadores y agricultores de la comarca de las Cinco Villas en Zaragoza le manifestaron que los jabalíes, si pueden elegir, es decir, si hay varios campos de maíz, sólo entraban en los que no eran transgénicos o que en éstos entraban mucho menos. En un foro he leído un comentario de un agricultor que siembra transgénico para que el jabalí no lo toque, y que le daba resultado. Otro le contesta que los jabalíes también se comen en maíz transgénico pero menos que en el caso de tratarse de maíz convencional…

Yo no puedo distinguir un maíz del otro. ¿Pueden hacerlo los animales cuando está entero ya que molido lo comen sin problema?. A qué se debe este comportamiento en diferentes especies?. ¿Es fruto de la casualidad?. ¿Habrá más casos parecidos?... ¿pasa algo con el maíz?.
Intentaré ofrecer maíz a aves en libertad y observar su comportamiento. De todos los modos tengo un problema, y es que ya no queda maíz del campo de maíz convencional, por lo que todo procederá de los campos de transgénico, y el maíz convencional que rodea el núcleo de maíz transgénico tengo mis dudas de que no sea transgénico por la "contaminación" sufrida por polen transgénico. Las aves silvestres lo comen igual, de modo que lo que intentaré averiguar es si eligen un tipo antes que el otro.
Acepto direcciones donde obtener maíz ecológico para aportar en el "experimento" y certificar que las dos variedades son realmente dos variedades garantizadas, ya que no tengo la seguridad de que el maíz convencional recogido en este campo nio es transgénico. De momento, mis gallinas estaban hoy sin comida y el maíz que les eché ayer (un puñado) seguía en el suelo, a pesar de estar muertas de hambre.